miércoles, 21 de abril de 2010

PRUEBAS DE CORTE

La mayor parte de los samurais no aceptaban una katana sin hacer previamente pruebas de corte, bien por él mismo o por otro especializado en las mismas. Si la espada no cumplía con el nivel de calidad deseado, se descartaba o se fundía para obtener lanzas o naginatas. El samurai que probaba las katanas tenía licencia del Shogun para hacerlo en reclusos condenados a muerte. La circunstancia obligaba a realizar ciertos ritos y contemplar una estricta etiqueta en cuanto a vestimenta, lugar de la prueba, etc.
El probador más tarde, firmaba en el nakago, incluyendo el lugar, fecha y tipo de corte que había utilizado con la víctima, así como el número de cortes que había realizado.
Una vez había sido probada la hoja, ya estaba lista para fabricarle la tsuka más adecuada a su destinatario, según futuro uso, rango, etc.